Era fácil encontrarles en el supermercado, con su bolsa para el pan preparada bajo el brazo y siempre con una sonrisa en los labios.
Estaban entre el público fiel que rodea cada tarde las partidas en el Sindicato, pero este martes, ni Teín ni Tiburcio han acudido a comprar el pan y tampoco ocuparan sus sillas de espectadores.
Hoy Castromocho está de luto porque ha perdido de nuevo a dos de sus vecinos:
Teín, silencioso y amable. Tiburcio, simpático y con ese gesto suyo que no olvidaremos y que repetía cada vez que enfilaba la Calle Mayor, camino de su casa y cuando ya te daba la espalda levantaba su brazo derecho para posteriormente bajarlo rápidamente. Era su forma de decir hasta luego.
Ambos nos han dejado en apenas 24 horas. Descansen en Paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario