El 23 de abril se celebra el día del libro. Se dice que esa es la fecha escogida porque el 23 de abril de 1616 fallecían Shakespeare y Cervantes. En 1941, coincidiendo con el 325 aniversario de la muerte del autor de 'Don Quijote' Castromocho acogió un día festivo en el que varios catedráticos de la Universidad de Valladolid vinieron a conmemorar tan importante fecha.
Por aquel entonces, era maestro de la escuela de niños D. Julián Correas, que inculcó a sus alumnos el gusto por la escritura y la oratoria tal y como quedó plasmada en una libreta escolar en la que localizamos el siguiente poema, escrito por Leopoldo Cano.
¡Gloria a Cervantes!
Con extraña habilidad
un soldado poco a poco,
queriendo pintar un loco
retrató a la humanidad.
Como dijo la verdad,
dejo al mundo descontento,
y mendigando el sustento,
murió de hambre el pobrecito
acusado del delito...
de tener mucho talento.
En obra tan singular
que rival no ha de tener,
España aprende a leer,
el mundo aprende a pensar
de aquel tesón si par.
Cervantes, con rica vena
puso tanto en cada escena
en una página sola
que (aun siendo la obra española)
España la encuentra buena.
Hoy dice el mundo (y se engaña)
- ¡pues no era manco el autor!-
Más quien hizo tal primor
salió manco de la campaña.
Si por la gloria de España
que en el Quijote se encierra
Europa nos arma guerra,
decid con desden profundo:
- El mejor libro del mundo
lo escribió un manco en mi tierra.
Gracias a José María Correas y a Carmelo Castañeda, tenemos los testimonios de aquel 23 de abril de 1941, Día del libro, en Castromocho.
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