Paquita Calleja Carbajo
no nació en Castromocho, pero tras recorrer sus calles, sentarse en La Solana,
pasear bajo los sauces de San Esteban y rezar emocionada bajo la Reina de los
Ángeles, se convirtió en una vecina más.
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Llegó como doncella del
matrimonio que formaban Don Álvaro Velasco y su esposa Carmen, a los que cuidó
y trató con mimo y dedicación, como si de sus padres se tratase y ellos, a los
que el destino no quiso dar hijos, encontraron en ella una hija.
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Junto a ellos estuvo
hasta el final y sólo entonces aceptó el amor de Herminio. Tampoco tuvieron
hijos, se tenían el uno al otro y eso era bastante. Tras años viviendo en el
pueblo, en la Calle Mayor, se trasladaron a Palencia, pero acostumbraban a
volver por Castromocho, sobre todo por las fiestas.
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La pasada Romería les
echamos de menos. Pocos sabíamos que el 20 de septiembre Herminio se fue y
Paquita se quedó sola. Este martes, y casi siete meses después, Paquita le ha
seguido. Ya vuelven a estar juntos, agarrados del brazo, como les gustaba
pasear.
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